EMI /
Odeón
Ref: 006 1652527
Año: 1983
Cara A
Say, Say, Say
Cara B
Ode To A Koala Bear
Segunda colaboración entre
Paul McCartney y
Michael Jackson, si bien se gestó antes que aquella primera,
The Girl Is Mine, y durante la grabación del LP
Tug of War, de
Paul McCartney, anterior a
Pipes of Peace que es donde se incluyó.
La canción, al igual que el resto del LP, está producida por George Martin, ya que estos dos LPs ( Tug of War y Pipes of Peace ) estaban producidos por Martin, grabados, en parte, en su estudio privado de la Isla de Montserrat ( hoy desaparecidos por el huracán de 1989 ) e iban a ser, de origen, uno solo, es decir, un doble LP pero, como se suele decir, esa es otra historia y ya hablaremos de todo esto en su momento.
Por supuesto, y como no podría ser de otra manera, la canción se grabó en Abbey Road.
Say, Say, Say fue todo un éxito. No llegó a alcanzar el número 1 en todas las listas mundiales pero sí que entró entre los diez primeros puestos, consiguiendo el Disco de Platino.
EMI /
Odeón
Ref: 052 1653996
Año: 1983
Cara A
Say, Say, Say ( Re-mixed by John “Jellybean” Benítez )
Cara B
Say, Say, Say – Instrumental ( Re-mixed by John “Jellybean” Benítez )
Ode To A Koala Bear
La edición Maxi-Single incluía Ode To A Koala Bear, perteneciente al single y no incluída en el LP Pipes of Peace, y una remezcla realizada por John “Jellybean” Benítez en sus versiones cantada e instrumental.
La promoción de la canción fue a lo grande, incluyendo un
video-clip dirigido por
Bob Giraldi ( director del video-clip
Beat It de
Michael Jackson ) con
McCartney y
Jackson como protagonistas y contando con las apariciones de
Linda McCartney, esposa de
Paul,
Heather, su hija, y
Latoya Jackson, hermana de
Michael. Vamos, que todo quedó en familia.
Se rodó en Estados Unidos, en varias localizaciones, entre ellas en Los Alamos, cerca de Santa Barbara, en California. Y algunas otras en el Rancho Sicomoro, en Santa Inés, lugar que Paul y Linda alquilaron para el alojamiento durante el rodaje y que, posteriormente, fue adquirido por Michael Jackson y reconvertido en su Neverland.
Poco tiempo después,
Michael Jackson adquirió el catálogo de canciones de
The Beatles. El propio
McCartney, en su momento, le recomendó adquirir catálogos de canciones, como negocio seguro. Lo que menos se podía imaginar
McCartney es que su consejo le llevara a la imposibilidad de poderlo reunir, algo por lo que había estado luchando muchos años. Hoy en día, el volverlo a conseguir al completo es prácticamente imposible, ya que
Jackson zanjó algunas de sus deudas con él, dividiéndolo así en múltiples partes.